Y sentir el viento en mi cara

Estoy sentada en mi sala, con las puertas abiertas permitiendo que el viento juegue con mi pelo. Tengo una taza de chocolate (preparado con nutella, leche y whipped cream) no soy de las que le encanta tomar café, chocolate o cualquier otra bebido caliente, pero hoy mi cuerpo lo deseaba. Afuera hay luz, esa que se forma gracias al sol. Brilla, fuerte, intenso pero no hace calor. El viento sopla, sopla, sopla alborotando todo a su paso. Y mientras la naturaleza crea magia, yo la vivo. La vivo con intensidad. Admirando cada color, tejiendo sueños en nubes. Agradeciendo lo feliz que soy.

Sentada en mi sala, escribiendo estas letras, no dejo de sonreír. La vida al pasar los minutos, las horas, los días me parece más hermosa, especial, única. Pienso en todo lo que quiero hacer y en mi mente escribo todo en agenda.

Y vuelvo a sentir el viento, que esta vez sopla con más fuerza. Me hace sentir libre, ligera. Me invita a salir, sentarme bajo el palo de pana, leer un buen libro, escribir letras, dedicar sonrisas y palabras.

Sentada en mi sala, vuelvo a repetir aquellas palabras "Abril, mes para comenzar a vivir. Vivir con intensidad y hacer algo especial"... Y sentir el viento en mi cara.