II. La llamada
(Él)
Se despertó muy temprano, más de lo habitual. Hacía mucho frío y tenía un torbellino de recuerdos que no lo dejaba descansar. Estaba solo en su habitación. Tumbado en su cama, mirando al techo, no dejaba de pensar. Llovía fuerte y prometía ser un miércoles frío, silencioso, vacío.
(Él)
Se despertó muy temprano, más de lo habitual. Hacía mucho frío y tenía un torbellino de recuerdos que no lo dejaba descansar. Estaba solo en su habitación. Tumbado en su cama, mirando al techo, no dejaba de pensar. Llovía fuerte y prometía ser un miércoles frío, silencioso, vacío.
Un olor dulce entraba por
la ventana de su cuarto que aún permanecía abierta. Ese olor lo hizo recordar.
Pensar en ella. Llevaba dos años sin verla. No sabía por qué tanta distancia,
tanto silencio entre ellos.
- ¿Qué estará haciendo? Seguro que durmiendo. Dudo que
esa chiquilla cambie. – Pensaba en voz alta mientras se le dibujaba una
sonrisa. Sus primeros recuerdos y pensamientos de esa mañana habían sido
remplazados por el recuerdo de ella.
Nunca, nadie podía
comprender el sentimiento que tenía hacía ella. Protección, amor y más amor. Un
amor que no podía ser explicado porque no existían palabras para hacerlo. No
sabía como había podido estar tanto tiempo sin verla. Sin apretarles sus
cachetes, sin abrazarla, sin mimarla, sin molestarla, sin protegerla…
Mientras más la
recordaba, mayor era su ansiedad. No podía dejar de culparse por esa distancia
que al principio era física, pero ahora era mucho más que eso. Ahora los estaba
separando por completo.
Se escucha sonar su teléfono.
Comenzó a buscar su
celular desesperadamente. No sabía por que, la ansiedad lo estaba presionando. Su
corazón latía tan rápido y fuerte que ni un tambor podría alcanzar su nivel y
envolverlo en su ritmo. Una parte de él sabía que era ella quien llamaba pero
otra parte dudaba. Deseaba y no deseaba. Sus movimientos por todo el cuarto eran
rápidos. El sonido de su celular era cada vez más y más alto. Perturbadoramente
alto. Sus manos no lograban alcanzarlo.
-¡Hola! – Contesto. Su
voz era fuerte y dulce. ¿Puede algo ser fuerte y a la vez dulce? Quería
disimular su ansiedad, su nerviosismo. Esos que atacaron dejándolo sin aire cuando
al otro lado de la línea telefónica escuchaba una respiración fuerte pero
nerviosa. - YFG ©2011
Hay Yesenia esta historia, esta historia me hizo dejar de respirar. :) Que bueno que puedo leerte...
ResponderEliminar¡Genial! Confieso que muero de ganas por saber si era ella o no.
ResponderEliminarMe encanta lo corto, preciso y precioso.
¡Saludos!
Pronto sabremos!!!
EliminarGracias por leerme.
Saludos!!