martes, 26 de junio de 2012

Pregunta inquisitiva


Se preguntaba si todos deciden esconderse de ella o simplemente no se esconden sino que se alejan. Mientras disfrutaba de su soledad, porque ya es un habito estar sola el [cual amaba] pensaba en esas palabras que nunca nadie dice, pero es, como si siempre las repitieran.

– “¿Qué hay de malo en ser como soy? Disfruto la compañía de los libros, de las páginas, de la pluma, de la tinta, de mí. Disfruto escuchar el cántico del viento. Disfruto la luz, la oscuridad, lo tenue, el frío, calor […] Y cuando estoy ahí, me siento yo. Sin complejos, con ganas, con fuerzas, sin miedos, sin tristezas. Sonrió pero con honestidad, no forzando una sonrisa amable en susurro. Cuando abrazo siento que de mi se desprende energía y eso me hace sentir muy bien.”

- “¿Pero es malo pedir que alguna vez te abracen cálidamente y te sonrían honestamente? No me esfuerzo para retenerlos pero aunque quisiera no lo lograría. Todos llegan a mí buscando palabras de aliento y trato de ser objetiva, pero solo de mi boca salen palabras sinceras […]”

Y escuchándose, entendió que es justamente eso, lo que la hace ser distinta. Tener sinceridad como cualidad no abre muchas puertas (no en su caso). ¿Pero debía cambiar?

 – “No lo creo.”- 

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