Garo es extraño pensarte. Pensarte de una manera como no lo hacía
antes. No sé, me gusta el Garo que aparece en mis pensamientos, que es el mismo
que he conocido siempre, pero no es hasta ahora que lo entiendo. Aquel
encuentro en el que no me vistes ha revolcado todo mi presente. La angustia está
presente día a día. No se siente como la última vez que solo fui capaz de decir
“hola”. Ese día era nervios. Hoy es miedo.
Me apresuro a vestirme. Al mirarme en el espejo pensé en ti. Llevo
mahonés, blusa a rayas con botones, ballerinas, pelo alborotado y el recuerdo
de las veces que me veías vestida así y me decías al oído lo hermosa que era. A
decir verdad, en ese momento tus palabras para mí tenían importancia pero no
las entendía. Como aquella vez que estabas sentado frente a la facultad de
Ciencias Médicas, la sombra de aquellos árboles jugaban haciéndote tonos de piel
y lucías hermoso, nervioso. Me acerqué, te rodee con mis brazos, podía sentir
tus nervios, pero preferí ignorarlos. Te reclamé por el tiempo que no habíamos
pasado juntos las últimas dos semanas y tú con una pequeña sonrisa en los labios dijiste
que me lo recompensarías “¡Te lo prometo!”
Hoy mientras caminaba hacía el examen que definiría todo lo que he
sacrificado pensé en ti. No pude hacer nada para que la tristeza no me invadiera.
Me examinaba y mi conciencia también lo hacía. Me di cuenta mi querido Garo que
no había querido ver lo mucho que me amabas.
Y no te dejé recompensarme. Ese día dije muchas cosas que te
dolieron pero hoy es a mí a quien queman. Te deje marchar sintiéndote culpable.
Sin querer entender lo importante que era para ti tu futuro, en el que me habías
incluido y yo por inmadura, impaciente estaba derrumbando. Creía que te
entendía y tú a mí no. Pero era todo lo contrario.
Recompénsame mi Garo, lo prometiste. Recompénsame para poder
decirte “lo siento”. Recompénsame para saber de ti. Recompénsame mi Garo para
que esta culpa deje de doler. Recompénsame mi Garo para poder recompensarte, mi
amor. – YFG
2013